¡Ahora la sostenibilidad llega también a los jardines de tu casa! Una actitud sostenible se puede aplicar en muchas rutinas de tu vida cotidiana y, por supuesto, también podrás aplicarla al realizar tu nuevo jardín, que además de ser ecológico, será sostenible. Pero antes de comenzar, ¿sabes cuál es la diferencia entre un jardín convencional y uno sostenible? Pues mientras que el jardín convencional persigue crear una estética agradable, no siempre planifica el ahorro de recursos y tampoco considera la posibilidad de usar y producir productos reciclables. Mientras que el jardín sostenible crea belleza adaptándose a las condiciones naturales de la zona, sin desperdiciar recursos y respetando el entorno y, además, intenta emplear productos reciclables, reutilizados y naturales para crear el espacio verde.
8 ideas para crear un jardín
sostenible y económico
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Imita la naturaleza
Un jardín sostenible imita a la naturaleza del sitio, por lo que te recomendamos empezar por cultivar plantas aromáticas, como el romero, la lavanda o el tomillo, que usan poca agua y son sencillas de cuidar
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Añade variedad
Un jardín diverso, que incluya variedad de plantas, hace que funcione como un pequeño ecosistema autónomo más que un jardín convencional, haciendo que las distintas plantas aprovechen diversos recursos del suelo e, incluso, que se complementen entre sí. Gracias a ello, necesitarás abonar menos y también regar con menor frecuencia.
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Compostaje y agua lluvia
En un jardín sostenible se utilizan los ciclos naturales, es decir, los restos de plantas se convierten en abono a través del proceso de compostaje, el agua lluvia se reutiliza para regar y se cuida especialmente el diseño en las fases iniciales del proyecto para escoger las plantas que mejor se adaptan a tu clima y localización.
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Comienza poco a poco
No te afanes por conseguir el jardín soñado que ves en las redes sociales, recuerda que cada planta tiene su propio ritmo y necesidades y debes aprenderlas paso a paso. Una vez que coges el ritmo y confianza, empezará a ser más fácil añadir cultivos y variedades de plantas nuevas.
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Reutiliza y ahorra dinero
Un jardín sostenible es más económico de mantener que uno convencional, pues puede empezar a crecer en materiales reutilizados, como cajas de fruta, latas o botellas de plástico, que se pueden emplear como recipientes. La clave es que sean del tamaño apropiado para las plantas que acogerán y que siempre cuenten con drenaje. La reutilización de materiales y la adaptación al entorno de las plantas que use son esenciales para que un jardín sea más sostenible, pero también suponen un ahorro en dinero, recursos y trabajo.
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Aprovecha las plantas amigas
Una diversidad de plantas colocadas de manera estratégica, utilizando asociaciones beneficiosas y plantas locales, es la mejor forma de evitar la aparición de plagas. Un ejemplo es poner cerca plantas como la lechuga (que desarrolla más su parte aérea) y la zanahoria (que se desarrolla más en el subsuelo) en el huerto.
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Alimenta el suelo, no a la planta
La jardinería sostenible evita usar fertilizantes químicos, ricos en nutrientes como el fósforo o el nitrógeno, que son rápidos de absorber por las plantas, pero igual de rápidos en desaparecer del suelo por escorrentía. Por esto, la clave del jardín ecológico es alimentar al suelo, en lugar de la planta. El suelo es la base de todo jardín ecológico y un suelo rico en abono orgánico de calidad es todo lo que necesita una planta para crecer sana
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Siembra semillas
Recuerda que un jardín sostenible, y además barato, puede empezar con la siembra de semillas, que son más económicas que las plantas ya crecidas.
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